¡Guardián, no sigas leyendo este capítulo si no has leído los anteriores! Aquí encontrarás el capítulo uno, capítulo dos y el capítulo tres.
La oficina de Rupert y el cruce ferroviario donde murió, se encontraban solo a diez manzanas al norte de mi oficina. Cogí mi abrigo y un gorro de lana y salí por la puerta. Podría haber cogido el tren o un taxi, pero dar un paseo sonaba bien en una hermosa y soleada mañana como aquella. Nunca fui un detective cuando estuve con el LCPD, pero había hablado con algunos de ellos. Los mejores siempre acudían a la escena del crimen. Decían que no había sustitutos para estar allí. Ni fotos ni videos podrían recrear el hecho de estar en el lugar real donde aquello había sucedido, donde fuera que «aquello» estuviera. Por lo menos, eso es lo que decían los hombres que sabían lo que se hacían. No tenía ni idea de que debería esperar encontrarme, dos semanas después del suceso, que un equipo de policía no hubiera encontrado ya.
El paseo fue placentero, cruzar a través de la sombra fresca hasta el cálido sol de primavera como hice a lo largo de mi camino hacia el norte. El cruce ferroviario donde Rupert murió era un paso a nivel. El ferrocarril de levitación magnética y la calle estaban en el mismo nivel. Hay luces de advertencia en los postes de ambos lados de la calle y en cada lado del cruce, así que en total hay cuatro postes por cada intersección.
Las luces emitían una luz roja intermitente perforante que se podía ver claramente a mediodía en un día soleado. Las sirenas se emitían desde los altavoces incorporados en los postes, el sonido fluctuante arriba y abajo del espectro de megahercios es detectable para el oído humano. Las personas que viven cerca de estos cruces acaban acostumbrándose a este sonido. Los altavoces también fueron calibrados para proyectar el sonido en un cono alrededor del poste. Imagínate cubrirte las orejas lentamente y descubrirlas mientras que una sierra circular te corta a través de la hoja de metal– algo así es como suenan las sirenas.
Este cruce se parecía a cualquier otro cruce de los que hay por toda la ciudad. Los postes habían sido cubiertos por propaganda durante años. En ocasiones algún conductor distraído había golpeado los postes al pasar por el cruce. Incluso uno de los postes tenía un hueco a cuatro metros de altura, quizás de algún torpe trabajador de la ciudad montado en la cesta de una plataforma elevadora.
Había un poco de tráfico en esta intersección, pero la mayoría de la gente pasaba a través a pie. Tardaría un montón de tiempo al pasar entre los coches hasta alcanzar el cruce. Al pasar por encima de las vías, pensé en Rupert una y otra vez caminando justo aquí donde yo estaba. Probablemente él solo pensaba en llegar a casa y meterse en la cama. Los trenes circulan a unos 126 kilómetros por hora, incluso a través de los cruces. Habría muerto al instante.
Las palabras de Kara sobre Rupert cogiendo esta misma ruta a casa durante veinte años volvieron a mi. Él habría sabido lo rápido que pasan los trenes y lo estúpido que sería tratar de cruzar las vías una vez que la alerta se iniciara. Por otra parte, la familiaridad produce un exceso de confianza. Tal vez ya lo hubiera hecho antes y aquella vez fue mas lento. Solo te equivocas una vez con este tipo de cosas. Vi un tren cruzando y grabé un video de ello. Las luces y la sirena eran estridentes, y el rugido del tren acercándose solo se añadió al ruido. El aire que el tren empujaba fuera del camino tiró de mi ropa. Tomé algunas imágenes de la intersección desde distintos puntos de vista y después me dirigí al despacho de Rupert.
Me adentré en la oscura oficina más allá de la sala de espera. Rupert trabajaba en una pequeña sala, a excepción de un miembro del personal que acudía a limpiar una vez por semana, él era la única persona que trabajaba en aquel despacho. La puerta que separaba la sala de conferencias y el despacho de Rupert de la sala de espera estaba abierta. Sabía que la policía y los familiares de Rupert habían estado allí, así que aquello tenía sentido. Me gustó la oficina. Olía a papel y me sentía cómodo, como en una biblioteca. La sala de espera y la sala de conferencias estaban limpias y ordenadas. El despacho de Rupert era otra historia. Había sido soltero toda la vida, lo que significaba que le gustaban las cosas de cierta manera y no le importaba mucho lo que los demás pensaran de él. Libros, cajas, bloques de papel, tres terminales diferentes y una notable colección de tazas sucias ocuparon todo el espacio de su despacho. Había literalmente un camino desde la puerta hasta el escritorio y un pequeño espacio limpio alrededor de la silla del escritorio donde trabajaba. Habían otras dos sillas en la oficina, para las visitas, pero las visitas hubieran sufrido dificultades para sentarse sobre las impresiones polvorientas que actualmente ocupaban los asientos. Suspiré. Si realmente iba a pasar por todo esto, necesitaría revisar todas las cosas que se encontraban aquí, lo que llevaría un buen rato y probablemente no descubriría nada.
Empecé con las hojas y dejé los terminales para el final. Me llevó horas y en muchas ocasiones no sabía que estaba mirando. Rupert había trabajado un montón con propiedades. Eso significaba que había tenido que investigar la historia de varios pedazos de tierra por toda la ciudad. Para que una parte de a propiedad pasara legalmente de una persona a otra, el vendedor de la propiedad tenia que demostrar que era el dueño legal. La historia de la última ciudad se remonta a doscientos años atrás donde fue afectada por una afluencia masiva de refugiados, batallas, desastres y luchas políticas internas. La gente acude a la última ciudad desde cualquier rincón del mundo, encuentran un lugar donde vivir y empezar a construir una vida con sus familias. A menudo, en los primeros días en la ciudad, algunos grupos de personas podían decidir que querían de lo que tenia otro grupo, ya fuera tierra o tesoro o influencia, y podían ir y conseguirlo por la fuerza. Eso es un pequeño esbozo de a lo que las personas se refieren como Las Guerras de Facciones. Más confusión se crea cuando recuerdas que varios extraterrestres hostiles han intentado invadir la ciudad por lo menos en dos ocasiones. Una buena parte de la destrucción y las muertes se debe a esos intentos de incursiones en la ciudad. La gente se fue recuperando después de cada una y volvieron a reconstruirlo todo.
A modo de ejemplo, he encontrado registros de un trozo de tierra que Rupert había investigado donde la historia era bastante clara: hace doscientos años un refugiado y su familia llegaron a la ciudad escoltados por cazadores guardianes. Él construyó una casa y empezó una pequeña granja. La casa y las tierras pasaron a sus dos hijos quienes dividieron las tierras para construir otra casa. Décadas más tarde ocurrió La Batalla de las Seis Facciones y la familia entera murió a excepción de una hija, y una de las casa fue quemada. La Nueva Monarquía, en su infancia, pagó a la hija superviviente por la tierra donde se quemó la casa y construyó un edificio más grande y un pequeño almacén. Durante Las Guerras de las Facciones, el edificio y el almacén que construyó La Nueva Monarquía fueron capturados por la fuerza por otra facción llamada El Legado. Después de que los guardianes pusieran orden (varios años después cuando decidieron que Las Guerras de Facciones se les habían ido de las manos), una disputa legal se produjo entre La Nueva Monarquía y El Legado. El edificio y el almacén volvieron a ser propiedad de La Nueva Monarquía. Esta no tardó en vender toda la tierra y los edificios a una empresa privada. Esa empresa fue adquirida por una corporación mayor el año pasado, y Rupert había sido contratado para investigar el título de la tierra que la empresa estaba adquiriendo para que pudiera estar seguros de reclamar su derecho a la tierra y los edificios.
Esa es una historia simple y bonita en comparación con una gran cantidad de propiedades en la ciudad. En muchos casos, estoy seguro de que las discusiones legales y no legales sobre los derechos a las tierras se disputaron con mucha más vehemencia. Los registros se queman, los recuerdos se vuelven confusos, o la historia es intencionalmente olvidada o mal registrada para asegurar una reclamación por una parte u otra. Empecé a darme cuenta de que ademas de ser abogado, Rupert Dillon también había sido una especie de historiador aficionado y un investigador privado. Él habría tenido que viajar por toda la ciudad y hablar con todo tipo de personas sobre la historia de este lugar solo para hacer su trabajo. Había tres libros diferentes en su oficina que relatan la historia de la última ciudad, cada uno escrito por un autor diferente. He aprendido algo sobre la historia de la ciudad en la escuela, por supuesto, pero si me hubieran preguntado, nunca me hubiera imaginado que alguien escribió un libro entero sobre esa historia, por no hablar de varias personas y varios libros.
Me froté los ojos y miré a mi alrededor. Estaba hambriento. Cuando miré la hora, me di cuenta de que había pasado toda la tarde y el día se arrastraba a la noche. Ni siquiera me había metido en los terminales todavía, pero estaba empezando a hacerme una idea del trabajo de Rupert. Brevemente considere hacerme un poco de café en una cafetera que había visto en la sala de conferencias, pero me pareció una mala idea. Por alguna razón no quería tomar café de Rupert, a pesar de que, sin duda, simplemente de deshecha. Había pasado por una tienda de comestibles de camino aquí. Podría ir a por un poco de café y un sandwich.
Traté, de forma experimental, entrar en los terminales repartidos por toda la habitación. Tenía un sistema mas grande y sofisticado en su escritorio con dos pantallas. También había in par de tabletas en la oficina. Todos ellos tenían contraseña y ninguno de los códigos que tenia para las puertas funcionó en los terminales. Negué con la cabeza y salí del edificio hacia el frío aire de la noche. El sol estaba todavía el oeste por encima del horizonte y su luz se reflejaba en la parte inferior del Viajero hacia la ciudad, creando una especie de falso mediodía.
En mi camino a la tienda de comestibles, llamé a Kara y le pregunté por la fecha de nacimiento de Rupert. La tienda tenía café y los sandwiches. Ya con mi cena y la información de Kara, volví a la oficina. Efectivamente, Rupert usó su fecha de nacimiento como contraseña para todos los terminales. No es una seguridad muy buena, pero buenas noticias para mi. El terminal de dos pantallas de su escritorio se creo para la redacción de documentos y la revisión de los mapas. Después de comprobar los archivos recientes, vi mas claro el proceso de trabajo de Rupert. Una gran parte de su trabajo fue escribir descripciones legales precisas por piezas de propiedades, «tal y tal linea de propiedad procede de tal o cual lugar de interés«, cosas por el estilo. Parecía que ponía un mapa con marcadores en una de las pantallas y después escribía la descripción en un documento en la segunda pantalla. Las tabletas se cargaron con distintos materiales de lectura, tanto de ficción como de no ficción, así como correspondencia personal y publicaciones de otros abogados acerca de la ley. Algo muy emocionante.
Pasé otras dos horas en los terminales consiguiendo aburrirme cada vez más. He revisado su correspondencia, me siento un poco culpable por la intromisión en su vida privada. No estaría haciendo bien el trabajo si no hubiera comprobado el potencial de algunos clientes enviando amenazas. No había nada de eso.
Cuando finalmente apague todos los terminales y echado un vistazo a cada hoja de papel en la oficina, me sentí como si entendiera lo que Rupert había estado haciendo los últimos meses. Tenía una copia de seguridad del sistema almacenada, así como armarios llenos de viejos archivos, pero no vi ninguna razón para pasar por todo aquello. Si alguien tenia alguna razón para hacerle daño a Rupert, tenia que ser de algo relativamente reciente. En el momento de su muerte, Rupert había estado preparando testamentos para cuatro personas diferentes. También estaba haciendo siete búsquedas diferentes de títulos, ya fuera comprando o vendiendo residencias personales. Por último, estaba comprobando la historia de varias piezas de una propiedad cuya dueña era una pequeña empresa de manufacturación que hace servomotores. Esa empresa, Sallis Meg., Inc. fue la venta de una buena parte de la propiedad del ejecutor de los complejos industriales Hideo, dos kilómetros al norte de la oficina de Rupert.
Estaba pensando en cerrarlo todo e irme a casa cuando me di cuenta de un patrón interesante en algunos títulos de propiedad. La compañía Sallis había consolidado varias piezas de la propiedad para construir su propia planta de servomotores. La mayor parte de esa propiedad podía rastrearse hasta su primer dueño, alguien a quien se refería como Padre Domingo en los títulos de propiedad más antiguos que Rupert había encontrado y escaseado en le terminal de su escritorio. Conectando esos puntos algo hizo click. Había visto ese nombre, Domingo, en algún sitio de los documentos en papel que había ojeado a lo largo del día. Solo me tomó otros veinte minutos encontrar la nota de la que me había acordado. Estaba escrita a mano en una copia física de uno de esos títulos viejos que hacia referencia al Padre Domingo por ser el destinatario de un terreno que fue donado. En la copia de aquel título, Rupert escribió: «Domingo Gutiérrez t.w.c.«.
Sentí una breve oleada de emoción con este descubrimiento antes de recordar que no significaba nada para mi, y no tenia absolutamente ninguna conexión perceptible a la aparentemente accidental muerte de Rupert de hace dos semanas. Había pasado un día sentado en esta oficina y no había descubierto nada. Probablemente debería sentirme reivindicado; No esperaba encontrar nada, después de todo. Pero no me sentí así. Me sentí molesto conmigo mismo por perder el tiempo en lo que probablemente fue una misión intutil con la vana esperanza de recuperar a mi ex-mujer. Suspiroé profundamente. Era hora de irse a casa. Comprobaría el piso de Rupert mañana y después haría mi informe para Kara aquella misma tarde o al día siguiente.
Salí a la acera y comprobé que la puerta de la oficina estaba cerrada. Estaba oscuro y hacía frío. Probablemente estábamos a punto de ver una ultima nevada antes de la llegada de la primavera. Saqué mi teléfono para pedir un taxi cuando de repente cambié de opinión. Me gustaría caminar hasta el apartamento de Rupert ahora mismo y terminar con todo esto esta noche. Así podría pasarme la mañana del día siguiente averiguando como darle a Kara la noticia de que su tío había muerto de manera desafortunada, inesperada, pero siniestra.
Se me erizaron los pelos cuando se me ocurrió que probablemente estaba andando sobre el mismo suelo que Rupert pisó la noche de su muerte. Había tenido el mismo pensamiento ese mismo día, cuando estaba literalmente caminando sobre sus pasos. Tal vez en el mismo estado de ánimo que él había estado, pre-ocupado con lo que pasaría al día siguiente, en lugar de prestar atención a donde estaba. Llegué al cruce y esperé más de lo que necesitaba para que pasara el tren. Alguna extraña parte de mi cerebro arrojó la idea de que si fuera atropellado por un tren mientras investigaba como alguien fue atropellado por un tren, aquello completaría parte de un circulo universal de grotesca ironía.
En lugar de ceder ante las ironías universales, camine sobre las vías sin morir. Mi inquietud se alejó a medida que me iba acercando al piso de Rupert. Me sentí de nuevo como un observador en lugar de un participante. El código de seguridad que había obtenido gracias a Kara abrió la puerta, así que empecé a mirar alrededor. Había realizado muchas investigaciones en apartamentos durante mi época como oficial de policía. Me prometí a mi mismo que solo iba a echar un vistazo rápido y me iría. En lugar de eso, quizás por costumbre, me encontré siguiendo los protocolos de búsqueda que nos habían enseñado en la academia. Comprobé los cojines por si podía notar alguna cosa oculta en su interior. Miré debajo de los muebles y comprobé las costuras donde se podría haber escondido algo. No solo comprobar los cajones sino que ademas los saqué para mirar la parte posterior e inferior.
Era un bonito piso de dos dormitorios con una cocina de un tamaño decente, una sala de estar y dos cuartos de baño. Rupert había utilizado una de las habitaciones como despacho o estudio. Encontré exactamente todo lo que esperarías del apartamento de un hombre soltero. Su interés por la historia y la ley se reforzó y mi sensación de impaciencia regresó. Empecé a preguntarme por qué diablos buscaba con tanto empeño. Entonces abrí el cajón superior de la parte izquierda de la mesa de su estudio. Allí encontré otra tableta. La cogí y entonces vi lo que había debajo, una palabrota salió de mi boca.
En el cajón había una simple pieza de madera pulida, tal vez roble por su aspecto. Tenía la forma de un cuadrado, de unos diez centímetros por cada lado y probablemente tres centímetros de ancho. Había una simple imagen tallada en la madera: un círculo con deshilache en la parte inferior y siete líneas que irradian en los intervalos regulares. Se me hizo un nudo en el estomago y me quedé parpadeando. No podía creer lo que estaba viendo. No lo toqué.
Vi a Rupert un par de veces antes de su muerte. Llegó a la boda cuando Kara y yo nos casamos. De pronto recordé que él nos había regalado una sartén de hierro fundido. Creí que hoy me había convertido aún más familiar con él pasando por su oficina y su casa, recorriendo los mismos caminos que él había pisado. Al ver este panel de madera grabado, y conociendo las asociaciones viles que iban con él, me hizo cuestionarme si Rupert había sido peligroso o desequilibrado mentalmente o ambos. Rupert Dillon era un adorador del Viajero.
Muy buena historia. A la espera del 5° capítulo.
Saludos
Wow un capitulo mas, excelente estoy enganchado con este relato, esperando los siguientes capitulos, sigue asiSaludos!!
Lo estás clavando, el secreto para que un lector se "enganche", es mantener los detalles en tensión, y que se "sumerja" en el ambiente del texto. Sigue así, a mí me va gustando.
Muy bien redactado. Te va quedando bien la historia, lenta y densa, y muy detallista.A esperar el siguiente capítulo…. 😉
A mi me está encantando! Y el hecho de que se haga tanto hincapié en los detalles, logra que el lector se meta más en ese mundo y sienta que está allí.
Muy buen trabajo a todo universo destiny en general y a ItsIrisMate en perticular, excelente aportacion, esperando el siguiente capitulo con expectación.Un saludo.
A ti por leernos! Un saludo, MARO!