La familia Bray – Volumen 1: Clovis

– Lenn, despierta.

Silencio. La habitación estaba vacía y en silencio salvo por un leve rumor que iba y venía. Sonaba como algo rodando sobre una superficie áspera.

– ¡Despiértate o te abro la carcasa otra vez!- dije mientras agitaba la mochila.

– ¿A qué viene tanto alboroto? No estaba dormido, los espectros…

– ¡Vete a la porra! ¿Cuántas veces crees que te he cogido sin que reaccionaras? La primera pensé que te habrías estropeado o que se te habían acabado las pilas. Pero caigo una vez con eso de que estabas recargando energías. Además…- puse mi mejor sonrisa ácida- Roncas.

– ¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Yo no…

– Como un puñetero cerdo con asma. Y cuando hay que pasar sin hacer ruido, me lo complicas bastante. Para no respirar ni necesitar dormir te echas unas siestas que ni yo en la enfermería cuando lo del brazo.

– Nim, toda forma de vida necesita recuperar energía en algún momento y sabes…- sonó demasiado a excusa y por ahí no pasaba.

– ¡Sé bien lo que eres y la diferencia respecto a lo que tú y los tuyos decís que sois!- dije casi gritando- Y no, no me mires así, todavía lo tengo presente y no voy a volver confiar en ti como antes a la ligera. Si quieres algo, gánatelo. Accede al expediente.

– ¿Qué buscamos esta vez?- su tono cedió y se tornó obediente y casi triste.

– Quiero información sobre la familia Bray.

– De acuerdo. Aquí está:

«Familia Bray. Reputada familia entre cuyos miembros conocidos destacan Clovis Bray, Clovis Bray Segundo, Willa Bray, Alton Bray, Ana Bray y Elsie Bray.«

– Concreta en Clovis Bray.

– Archivo: Clasificado. Número de serie: Clasificado. Encriptación de seguridad: cortafuegos tipo V4n… este archivo es de la Torre. Vanguardia de Hechiceros. Contraseña: Correcta. Accediendo.

Extracto de memorias no publicadas de Clovis Bray Segundo.

Mi padre odiaba los mapas.

«¿Y sabes por qué odio los mapas?» Me preguntó. No le respondí. No de inmediato. Con Padre cada pregunta era basta en su amplitud, en particular las que parecían sencillas. Y las preguntas sencillas merecían tanta introspección y sabiduría como cupiera soportar. Sabiendo eso, no dije nada.

¿Por qué odiaría mi padre los mapas?

Uno de sus ayudantes entró en el despacho. Padre no tenía empleados ni asistentes. Y a efectos prácticos, tampoco héroes. Cada persona, viva o fallecida, era un ayudante y eso nos incluía a nosotros, sus hijos.

«Clovis» dijo la recién llegada. Padre la había oído, pero me miraba a mi.

Era una mujer guapa y yo tenía 16 años, así que la miré, sonriendo bastante por los dos. Respondió con un gesto de cortesía mientras empezaba a citar resultados de pruebas de los últimos cinco mil millones de experimentos de la iniciativa de IA.

Fuera, en el desierto Marte, mi padre y algunos colaboradores seleccionados estaban construyendo instalaciones demasiado frías para este universo y demasiado deprisa para que fuese posible.

Y yo seguía siendo un chico de 16 años sonriendo a una mujer guapa.

Mi padre le dio las gracias por el informe y ella se marchó. En ningún momento dejó de mirarme, como había temido.

«No sé por qué odias los mapas» Reconocí. Para Padre, la ignorancia no era el peor de los crímenes. Lo que era horrible era fingir una introspección y una sabiduría que no estaban ahí.

«Los mapas se acaban» Dijo

Asentí.

«Los mapas insisten en tener límites y fronteras o, de lo contrario, caerían por el borde de la mesa. Y no es así como funciona el Universo.»

«Eso es cierto» Dije

De repente me preguntó «Entonces, ¿cómo funciona el Universo?»

Fingí tomarme mi tiempo y barajé varias respuestas inteligentes. Pero acabé usando mi primer impulso. «Sin esfuerzo» Dije.

Se rió. No era raro en mi padre, pero fue tranquilizador escucharlo en ese momento.

«¿Qué más puedes contarme?» Preguntó esta vez.

«Que el Universo es infinito y probablemente en múltiples aspectos.» Dije y a continuación listé algunos ejemplos: el censo de las estrellas, el principio de los multi-mundos en la mecánica cuántica, la medida sin fin de los pequeños reinos ocultos en cada grano de arena de Marte.

Padre asintió. La sonrisa desapareció. Entonces dijo algo terrible, Pero no me di cuenta en ese momento.

«El Universo es el mapa de alguien» Dijo

«¿Lo es?» Balbuceé

«Sí, claro, Y nosotros aquí estamos llegando más allá de los límites que nos atan, hacia lo desconocido. Y volvemos con nuevos colores que añadimos a este mapa que nunca, jamás podrá dejarse terminar.»

Asentí, sonriendo como un buen hijo. Pero tenía 16 años y mis pensamientos se iban más hacia la guapa mujer que me había guiñado un ojo.»

– Hay otro archivo aquí Nim, también sobre Clovis Bray.

– Coge todos los que puedas y elimina nuestra visita, no quiero tener que ver a Ikora. Al menos no hasta que sepa con qué cuento para dialogar.

– ¿Qué tienes en mente? No pensarás que la Vanguardia está metida en todo lo de la SIVA…

– Mira, ya todos conocen lo que Saladino ha contado, ya  has visto cómo quedaron los cuerpos de Jolder, Felwinter y Gheleon y no pienso quedarme tranquilo hasta que sepa por qué los búhos vieron venir esto y esperaron hasta que era demasiado tarde para hacer nada.

– ¿Los Búhos? ¿Dices el Sector Owl de los Encubiertos de Ikora? ¿Por qué querría ocultar algo así?

– Cógelo todo, limpia las huellas y que parezca que por aquí sólo pasan los cabal y sus mierdas. Cárgalo en el ordenador del Buscador Ildiano y nos vamos. No pienso aguantar más aquí. Voy a ver a Ti’Anna, asegura el resto de archivos sobre los Bray, ha una doble copia lógica, una en mi nube y 4 más en los discos privados de la nave. Crea un último volúmen con todo y séllalo con medidas biométricas de Rosh, Martze, Iacobus y…

– Nim creo que exageras, solo es información antigua…

– Información antigua de los responsables de crear una mierda que mató a los malditos héroes de hierro y los hicieron atacar a sus antiguos compañeros. La misma mierda que corrompió a Elyana-H6… se lo que sea, lo hiciera quien lo hiciera, el Sector Owl tiene información y eso pasa a través de los encubiertos a Ikora y de ahí a la Vanguardia así que antes de sentarse a dialogar, vámonos. El refugio de Ti’Anna está fuera de los límites y podré reunir tod ala información. Si todo sale bien evitaremos más bajas y una más que segura guerra civil.

– Cando tienes razón me das miedo. Y te odio un poco, pero sobre todo te temo. Está todo listo para partir.

– Muy bien vuelve a tu siesta, yo te avisaré.

– ¡Te repito que no duermo, humano cabezota!- dijo indignado y relajándose un poco después de mucho rato.

– Voy a conectar TODOS los micros de la nave, a ver qué pasa…

– ¡Eso es cruel!- replicó

-Cruel es dormir con un bulto que te pincha en la espalda y hace ruidos de jabalí moribundo mientras nos adentramos en territorio enemigo bajo la amenaza de que nos desintegren como saludo de cortesía, así que si te oigo roncar te dejo en primer lodazal donde pueda enterrarte.

– Yo también te aprecio, ¡Oh, poderoso guardián de la luz del Viajero…»

– Lennart… pasa de mi un rato. Dejo la nave en piloto automático, no pienso hacerte ni caso hasta llegar, a ver si con ella te relajas un poco. Pareces una bombilla a punto de fundirse.

Continuará