Continuaremos la historia de los cabal, el Emperador Calus y Ghaul en el mismo punto en que la dejamos, artículo que puedes leer en este enlace.
Calus y sus hombres fueron confinados al Leviatán para ser exiliados y enviados lejos en el universo. El Leviatán era la gigantezca nave insignia de Calus, se desconocen sus orígenes en detalle pero fue construida en semejanza a enormes criaturas de su planeta, animales que podían incluso llegar a destruir ciudades. Al parecer Calus vio esto de forma majestuosa, decidiendo construir su nave con un diseño similar al de estas enormes bestias.
Y así como estos animales podían devorar ciudades, el enorme Leviatán de Calus podía devorar planetas. Los cabal son una raza que, por extraño que parezca, se alimentan de los minerales y propiedades de la tierra, para ello utilizan sus naves de extracción y enormes excavadoras en los planetas que conquistan. El Leviatán es capaz de consumir planetas directamente para procesarlos en su interior, del cual Calus obtiene su preciado alimento de tono morado, el cual vemos en sus aposentos.
Una vez confinados al Leviatán, su sistema de navegación y ruta de viaje fue establecida de modo que no pudiese ser alterada. Calus no podía hacer nada más que vagar por el universo, maldiciendo su destino y a sus conspiradores. No sabemos exactamente cuánto tiempo Calus estuvo prisionero en el Leviatán, pero éste menciona que pudieron haber sido años o milenos, tiempo que para Calus ya no tenía significado, pues él sólo se lamentaba en la desesperación de su exilio.
Durante este exilio Calus sopesó muchas cosas, entre ellas la posibilidad de perdonar a Ghaul y a los conspiradores por lo que habían hecho, creyendo que no había razón para cargar con su odio por siempre. Pensaba que Ghaul actuó manipulado por el Cónsul, que sólo había sido un instrumento para cumplir su venenosa ambición.
Pensó hasta en reincorporar a la Legión Roja a su ejército, ofreciéndoles el perdón siempre y cuando se arrepintiesen. E incluso volver a nombrar a Ghaul como Primus de la Legión Roja, aún sabiendo que esto sería una causa de preocupación para su pueblo, pero Calus pensaba que era importante mostrarle a las personas cuánto Ghaul había cambiado, y así volver a ganarse el lugar a su lado una vez más.
Algunas veces miro en el abismo del espacio, plagado por un terrible miedo. En esta lúcida pesadilla, todo lo que me dijiste y todo lo que sentiste por mi fue una mentira. ¿Pero cuál fue el origen de estas mentiras? ¿Fueron manipulaciones causadas por ambición? ¿Fueron maquinaciones de odio por venganza? ¿O, peor aún, fueron ilusiones? ¿Simplemente atribuí palabras y sentimientos que fueron, de hecho, los míos?
Tras mucho tiempo de viajar por el universo el Leviatán finalmente se detuvo, su sistema de navegación se había estropeado y ante él se encontraba una gran muralla de vacío infinito que el Leviatán no podía atravesar. Sus conspiradores habían trazado un eterno curso a través de un espacio que simplemente no existía, había llegado al borde del universo. Entonces Calus, contemplándolo desde su trono, se percató que había encontrado algo, encontró la nada misma.
Entonces miró al profundo infinito que había ante él y se dio cuenta que si algo tan grande podía existir, algo más grande que un dios como él mismo se hacía llamar, entonces él también podía convertirse en algo más grande de lo que ahora era. El profundo infinito estuvo complacido, pues Calus iba a convertirse en su mensajero de la victoria, y en el testigo de toda la creación.
Fue en el profundo infinito que Calus se enteró de lo que le deparaba al universo. Este se debilitaría y una fuerza más poderosa que la Luz lo reclamaría. Sería el fin del mundo tal y como se conoce, los últimos momentos de toda la vida en el universo. Tras presenciarlo, Calus se había convencido de que la victoria final le pertenecería a este infinito vacío, y por lo mismo decidió ponerse de su parte, al preguntarse dónde y en qué bando quería estar cuando llegara ese momento final.
Y durante los últimos momentos de la vida, con guerra y muerte, lucha hasta el último aliento, Calus estaría rodeado de alegría, gusto y buena compañía.
Es así como Calus pretendía colocarse incluso encima de los dioses, hacer ver a Ghaul el error que cometió con su traición. Ellos lo dejaron sin nada, pero ahora Calus sentía que lo tenía todo. Fue puesto a prueba y emergió desde el otro lado como algo más grande de lo que antes era. Ghaul señalaba que la adversidad forjó su persona y lo hizo más fuerte, ahora al fin Calus podía darle la razón en eso, pues la adversidad en su exilio también le hizo más fuerte.
Me pregunto que parte de tu vida pasó reflexionando como debió haber sido. Todas esas posibilidades deben amontonarse detrás de ti como un coro de furias, cada una susurrando dudas en tu oido. Cuando nos volvamos a ver, el volumen de ese coro se verá ensordecido, y finalmente entenderás la totalidad de tu error.
Entonces recuperó el control del Leviatán y comenzó su viaje de regreso, durante el cual Calus a menudo se preguntaba cómo sería ver otra vez a Ghaul, planteándose distintas situaciones que podían darse en ese encuentro. Calus decía haber madurado en su actitud hacia especies inferiores a él, llegando a pensar que había un lugar para todas en su imperio y que sería mucho más interesante enfrentar al fin del universo todos juntos. Llegado el momento, Calus había decidido que iba a matar a todos los principales traidores de su Imperio e invitaría a su lado a quienes lo ayudaran con esa tarea.
En el próximo artículo conoceremos quienes fueron estos principales conspiradores, traidores a los que Calus comenzaría a dar caza. Y por supuesto guardián, que la Luz te acompañe.
Habra un tercero hablando de los tres campeones de Calus? la fulminadora, etc…?
Así es, en los siguientes artículos.